Cuento breve de un diagnóstico tardío

Cuando un diagnóstico llega en edad adulta.

diagnóstico autismo adulta

Érase una vez una niña que tenía una bolsita invisible donde guardaba sus preguntas sin respuesta, sus inseguridades, sus miedos y sus silencios.
Por algún extraño motivo no podía soltarla, porque con ella se sentía más segura. 

Pasaron los años y la bolsa fue creciendo hasta convertirse en una saco grande y pesado. El contenido aumentaba sin cesar y se iban sumando cosas nuevas como complejos, comentarios dolorosos, miradas despectivas, inseguridades y soledad. 

Cuando el saco empezó a pesar demasiado, intentó buscar ayuda. Ella también quería vivir sin ese lastre, tal y como veía que lo hacían los demás.
Pero lo único que conseguía era que le dieran calmantes para aliviar el dolor de espalda por cargar con tanto. 

Algunos días le resultaba imposible poder cargar con tanto peso, y otros días lo hacía por inercia.
Y como nadie más podía ver ese saco, ella sonreía y fingía ser como los demás. Porque, en realidad, ni ella misma entendía bien qué es lo que le pasaba y por qué tenía que cargar con eso. 

Yo fui esa niña y hace 1 año, a mis 41 años, supe que soy autista.
Por primera vez, pude soltar ese saco y me atreví a abrirlo para ver qué había dentro. 
Desde entonces, con mucho acompañamiento estoy reduciendo el peso de todo lo que he ido acumulando.

A pesar de estar aprendiendo a reconstruir mi vida y a soltar lastre, el saco sigue estando aquí, conmigo.
Y del mismo modo, siguen estando las contracturas y las heridas que me ha causado esa carga durante más años de los que nadie debería soportar.

Sé que el haber cargado tanto peso, me ha convertido en una mujer fuerte, pero también sé que mi condición me hace vulnerable en nuestra sociedad actual. 
No sé si lograré deshacerme de todo el lastre, sí sé es que lucharé para que otras niñas no tengan que pasar por lo mismo..

No he puesto ilustraciones en el cuento porque no sé dibujar, y porque esta niña podríamos ser muchas de las mujeres que hemos recibido un diagnóstico tardío.
Así que prefiero que cada una pueda cerrar los ojos y poner su propia imagen en esta pequeña historia. 

Y colorín colorado, este cuento justo ha empezado.

Sara

Persona en proceso de empoderamiento.

Sí, estoy en ese proceso de empoderamiento.
A pesar de mis días, semanas y meses en los que sigo teniendo periodos de mucha inestabilidad emocional.
A pesar de sentirme abrumada por todo lo que estoy descubriendo.
A pesar de todo eso, estoy en ese proceso.

Sé que todavía tengo muchas heridas por sanar tras tantos años camuflando algo que no comprendía.
Sé que todavía me queda mucho camino por recorrer hasta atreverme a ser siempre YO,
Pero también sé que puedo lograrlo. Sé que si sigo adelante, a pesar de todo esto, puedo lograr ese empoderamiento que tanta falta me hace.

¡Allá voy!

empoderamiento autista

De mamá a mamá

Hoy, Día de la Madre, tengo ganas de decirte que: 

  • No busques encajar en la normalidad. Abraza tu autenticidad, porque eres única e irrepetible. 
  • Quiérele como es y, con tu ejemplo, podrá sentirse libre de amar como sienta. 
  • Compartir tus miedos no te hace débil sino todo lo contrario. Hazlo y libera miedo para poder llegar donde te propongas. 
  • No te olvides de ti. Quiérete y no te sientas mal por reclamar tu espacio. Lo necesitas. Aunque muchas veces parezca imposible.   
  • Confía en ti. Lo estás haciendo muy bien y todo el esfuerzo valdrá la pena. Aunque parezca que los resultados no llegan nunca.  
  • Recuerda que “que no te abrace no significa que no te quiera”. Te quiere.
  • Aunque no te lo diga, sabe que estás aquí. Ahora y siempre. 
  • Disfruta de cada pequeña cosa y celébrala como si fuera lo más grande. Estas cosas son las que cambian el mundo, vuestro mundo. 
  • No hay una única manera de ser madre.

¡Gracias mamás!

Recomendaciones

Finalmente me he decidido y he añadido un apartado de recomendaciones

Hace algunas semanas incorporé un apartado con entidades y profesionales con recomendaciones de sitios donde realizar el diagnóstico para mujeres en edad adulta. Todos las entidades y profesionales me los han recomendado otras mujeres diagnosticadas en la adultez. 
Mi única intención es la de ayudar y, como siempre, recuerdo la importancia de pedir referencias y asegurarse de estar en manos de profesionales cualificados.

Por otro lado, he puesto un apartado de películas y series que he visto, o me han recomendado, y están relacionadas con el autismo. 

Finalmente he puesto el apartado que tanta ilusión me hacía tras el directo que hice “sola” hablando sobre los objetos que “me sientan bien” y que me ayudan a regularme. 

Falta un apartado de libros que espero poder incorporar pronto 🙂 

regulación sensorial

Mujeres, autistas, neurodiversas y neurodivinas

Por si os lo perdisteis el 2 de abril, este es el vídeo que hicimos para visibilizar y seguir allanando el camino para que cada vez sean menos las personas que lleguen a la edad adulta sin un diagnóstico que les dé respuestas y les evite tanto sufrimiento.

mujeres y autistas en primera persona

Que tú no lo veas, no significa que no exista.
Quizás no lo has visto nunca porque yo lo he estado ocultando, enmascarando, toda mi vida.
Ahora sé el nombre que tiene y es autismo.
Quiero explicártelo para que juntos podamos vivir en una sociedad diversa y mucho más humana.
El autismo no es una enfermedad. El autismo no se cura. El autismo es una condición con la que naces y vives toda tu vida.
Ser diferente no es ni mejor ni peor, es diferente.
Las consecuencias de un diagnóstico que llega tan tarde pueden ser devastadoras.
Un diagnóstico a tiempo, es vital. Y para esto hace falta que se nos deje de invisibilizar.


Gracias por escucharnos y por tenernos presentes como somos, sin máscaras y con mucho que sumar.

#NeuroDivinaMente
Bea, Cris, Leo, Virginia y Sara.

La palabra autista

Para empezar, y para no crear confusión, a mí me gusta que me llamen por mi nombre, que es Sara (nombre de origen hebreo que significa princesa… ¡Qué cosas!). Pero si tengo que elegir un término para hablar de mi condición, elijo autista.

La condición de autista conforma mi persona, junto a muchas otras cosas, pero no me define como totalidad. 

Cuando cuento mi condición, y mi diagnóstico, suelo ver cierta cara de susto con la palabra AUTISTA o AUTISMO.  Siento que a la otra persona le da reparo, incluso miedo, decir estas palabras. Como si me fueran a ofender.   

Entiendo que esto ocurre por el mal uso que se ha hecho demasiadas veces; utilizándose de manera peyorativa. Y aún ahora se sigue usando como insulto.  

Hay mucho trabajo todavía en visibilizar la amplitud del espectro del autismo y en  devolverle su significado al término autista.

¿Qué hago yo? Creo que hablar de todo esto con mucha naturalidad; usar los términos con los que yo me siento cómoda e identificada y explicar las cosas a quien quiera escuchar (a quien no quiere escuchar, no gasto ni media cuchara en ello). 

Y, sí, más de una vez he dicho lo de “repite conmigo  la palabra autista” 😉 para normalizar un poco las cosas y eliminar ese miedo.

Soy consciente de que hay un poco de conflicto en cuanto a términos y no quiero alimentarlo, al contrario, quiero invitar a que siempre se pregunte a las personas que estamos en el espectro, o a sus familiares, con qué término nos sentimos más cómodos. Así de fácil. 

palabra autista