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Uno de los temas que más me llama la atención en todo este proceso mío es la integración sensorial, la autorregulación y las estereotipias.
Todavía tengo que informarme mucho y aprender, pero tiene pinta de que va a ser un nuevo súper interés. 

Al buscar información sobre regulación sensorial y autismo, encuentro muchos artículos sobre estereotipias. Y me sorprende la definición que suelo encontrar como, por ejemplo, que son movimientos o voces repetitivos o ritualizados sin un fin determinado (wikipedia). Porque en mi caso creo que SÍ tienen un fin clarísimo (y necesario) que es la regulación sensorial y emocional.
Y os tengo que decir que todavía me alucina más leer que en algunos sitios afirman que las estereotipias se tienen que “contener”… ¿en serio? Entiendo que se tengan que “detener” en un momento concreto si supone un riesgo para la persona. Pero hacerlo por sistema me parece una aberración. Una cosa es proponer posibles mejores opciones para la autorregulación y otra es reprimir por sistema algo tan necesario como las estereotipias. 

IMPORTANTE: Si normalmente remarco que aquí sólo hablo de mi experiencia, en este caso todavía es más importante hacerlo; ya que toda reflexión que pueda hacer saldrá de algo tan personal como es el analizar mis propias vivencias y saber lo que me hace sentir mejor. Y a la vez hablando desde un total desconocimiento a nivel profesional.

Para empezar creo que todas y todos, con o sin diagnóstico y desorden sensorial, nos autorregulamos en algunos momentos. Y no hace falta pensar en cosas extraordinarias o “raras” (porque todavía parece que es “raro” lo que hacemos).

Si lo pensáis un momento, seguro que hacéis cosas como, por ejemplo:
– Tener las manos ocupadas con un bolígrafo para hablar en público.
– Tocarse el pelo o jugar con los dedos de las manos..
– Dar golpecitos con los pies o con los dedos.
– Andar de un lado para otro.
– Escuchar música y/o cantar para tranquilizarse.
– Manosear algún objeto antiestrés.
¿Sí? pues eso creo que es autorregulación.
En mi opinión, en algunos momentos todos necesitamos “bajar las revoluciones”, ¿no?

¿La diferencia dónde está?
Pues una vez más creo que está en la intensidad y en la frecuencia.  
Para poner un ejemplo: igual alguien necesita regularse una vez al día y yo lo necesito 30 veces en un día. E igual alguien se regula andando 5 minutos y yo necesitaré andar 1 hora para conseguirlo. 

Ahora podría irme por las ramas, pero dejaré esta parte “abierta” para escribir con más detalle sobre la parte de mi perfil sensorial que podría ayudar a dar una explicación a esta parte (el porqué de la intensidad y la frecuencia). 

Siguiendo con el tema, hoy quiero hablar sobre algo con cierto “tabú” todavía. Y es que el camuflaje autista creo que no es sólo a nivel social, sino que también tiene que ver con la parte “física” o “más visible”.
Yo misma he reprimido (odio este concepto) ciertos movimientos porque están socialmente mal vistos y, en mi caso, puedo (tengo la capacidad) de reprimirlos. Aunque esto me esté matando por dentro y luego pague las consecuencias con una maravillosa (ironía) sobrecarga. 

A continuación voy a poner algunos ejemplos de estereotipias / autorregulación: 

BALANCEO
El balanceo tiene la “mala fama” de ser, para mucha (demasiada) gente, lo que representa a una persona autista.
Yo me balanceo de todas las maneras y me atrevería a decir que es, sin duda, lo que mejor me regula. Y os diré una cosa: últimamente he ultra analizado (más de lo normal) a mí entorno y os aseguro que sois muchos los que os balanceáis de manera “inconsciente”. No dejéis de hacerlo.
Escribiendo esto me viene una pregunta-reflexión: si para los bebés el balanceo siempre ha sido algo que les calma y nos parece a todos de lo más normal, ¿por qué nos deja de parecer normal cuando nos hacemos mayores? Vale, sí, según crecemos vamos adquiriendo otras maneras de regularnos, pero ¿por qué no podemos mantener algo que nos ha funcionado tan bien desde el primer día? 
Quien piense que nunca lo hace, le recomiendo que lo pruebe.

APLAUSOS y ALETEOS
Otros que parece que “son feos” a la vista de la sociedad.
¿Alguna vez habéis aplaudido cuando os dan una buena noticia? ¿O habéis dado saltitos? ¿Quizás habéis cantado de la euforia o hecho vocecitas? ¿Y zarandeado las manos como si quisierais echar la energía que os sobra?
Yo sí, todos. Y me sienta de maravilla. 

MÚSICA
En mi caso la música es imprescindible a todas horas. Excepto los días de shutdown y/o de hipersensibilidad auditiva extrema, que no puedo ni con la música.
Tengo listas de música para cada momento. Creo que esto es algo muy común, ¿no? No es “raro”. Igual que es normal cantar a lo loco o canturrear murmurando.
Pues bien, la rareza en este caso podría ser que igual me regulo estando 24 horas seguidas (o más) con la misma canción. Y no os lo vais a creer, a veces ni siquiera me aprendo la letra tras tantas veces. Creo que lo que me calma es la melodía en si y/o la frecuencia de la misma (los agudos, los graves…) Otro temazo sobre el que seguir investigando.  

HACER SONIDOS
Desde cantar a lo loco hasta hacer ruidos (¿canturreos?) más graves y más agudos con la boca cerrada. No sé si me pasa sólo a mí (lo dudo) pero me resulta de lo más relajante. 

A parte de estos ejemplos, podría hablar de andar descalza, tocar ciertas texturas, zambullirme en el mar, mirar las nubes, ver paisajes,…
Para terminar y no saturar con tanta información en mi orden caótico, en el apartado de stimming y en  mi perfil de instagram e historias destacadas, encontraréis más información sobre objetos que me sientan bien. 

Gracias por leer sin prejuicios y con la mente abierta (en sentido no literal) mis pensamientos sobre la autorregulación y las estereotipias.

 

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