Skip to content Skip to footer

En marzo de 2018 me diagnosticaron TDAH (Trastorno por déficit de atención e hiperactividad subtipo combinado) según criterios diagnósticos DSM-5. Este diagnóstico me ayudó a resolver alguna parte de mi vida que me dificulta bastante el día a día, sobre todo laboral. Pero enseguida sentí que no era para nada la respuesta a todo lo que me pasaba por dentro. Había algo más.
Más de 2 años más tarde llegó el diagnóstico de TEA (Trastorno) Condición del Espectro Autista grado 1, convirtiendo el TDAH en mi comorbilidad del autismo.

Para explicar cómo vivo el TDAH, suelo poner ejemplos, como: 

  • Estar teletrabajando, tener sed, e ir a la cocina unas 10 veces hasta que logro recordar el porqué había ido a la cocina. Y mientras he ordenado mi casa, he desayunado 3 veces y he hecho todo tipo de cosas mientras me pregunto “¿por qué he venido a la cocina?” 
  • Hacer listas de compra o de tareas y no mirarlas…. Las alarmas en el móvil son bastante útiles en estos casos. 
  • Me costaba centrarme en hacer una única cosa y a veces necesitaba estar haciendo 5 cosas a la vez para conseguir “concentrarme”. También es cierto que esto me ocurre con cosas que no me motivan. 
  • Desconectar continuamente en conversaciones y perderme en mis mundos (esto no sé ahora si va más relacionado con el autismo). 

No he tenido mucho tiempo de analizar ambos diagnósticos, pero sí tengo la sensación de que tienen cosas que común y todavía no sé dónde tendría que ubicar “mis cosas” si me hicieran clasificarlas en un lado o en otro.
La cuestión que es ser la dispersión con patas no me ayuda nada a organizarme y tener las rutinas que necesito, pero con unas buenas herramientas puedo mejorar mucho mi día día. ¡Y en esto estoy sin parar!

Deja un comentario

Go to Top