Soy una persona muy intensa y de extremos. Así que la euforia está presente en mi vida de manera muy frecuente.
Paso de 0 a 100, y viceversa, en tiempo récord.
Antes de saber que soy autista y conocerme tanto, ya me inquietaba ese estado de euforia; porque sabía que luego venía ese “bajón” también muy intenso.
Desde que tengo el diagnóstico, y mi perfil sensorial, puedo entenderla mucho mejor. Y supongo que tendría que ir viendo la manera de regular también estos momentos.
Estoy haciendo esta pequeña reflexión improvisada sobre la euforia porque la última semana ha sido una bomba a nivel emocional.
En pocos días he acumulado tal cantidad de estímulos positivos, que en algunos momentos sentía que iba a estallar.
Hace un par de días el nivel acumulado de euforia ya era máximo y hasta me aventuré a “avisar” en el directo que hice (fruto también de mi euforia desatada) de que creía que en un rato me vendría el bajón (shutdown). ¿Y fue así? Pues no.
He estado otros dos días eufórica y casi sin dormir. Con la cabeza sin parar.
Era tal mi nivelazo esta misma mañana, que hasta me he metido en unas grandes superficies con más gente de la que suelo tolerar en pleno sábado. Estaba desbocada, creativa, chistosa… on fire. Sumando más y más estímulos sin parar.
Esta tarde me he puesto una película tranquila para intentar ir bajando el nivel, pero seguía en mi salsa sin parar.Hasta hace un ratito que, sin venir a cuento, me he apagado de golpe.
Esta es una de las cosas que siempre comentaba cuando iba de sitio en sitio buscando respuestas… que era muy cansado convivir con tanta intensidad y tanta inestabilidad emocional.
Escribo esto deprisa, porque el apagón me está invadiendo en 3, 2, 1…
4 Comments
Paloma Hontañón Gómez de Olea
Hola!
Muchas gracias por tus entradas. La de hoy me genera una pregunta: cuando comentabas que te pasa esto a los médicos o profesionales que consultabas antes del diagnóstico, ¿qué te decían? ¿le ponían nombre? Gracias!
Paloma.
Mujer y Autista
Hola Paloma! Disculpa la tardanza en contestar.
Lo achacaban a ansiedad y/o depresión. Luego al TDAH. Y, ojo, allí estaban pero no eran la causa sino la consecuencia.
Natalia Paola Acosta Avellaneda
Gracias por hablar de esto, es la primera vez que leo una explicación a esto, era la última pieza que me faltaba por explicar, también me sucede esto, pero creía que era una parte “estrionica inconsciente ” mía que me ponía en esos estados, me sentía muy culpable y me odiaba por eso, hace poco recibí mi diagnóstico de TEA, y ahora no dejo de investigar cada cosa que he vivido para saber si tiene relación con esto, de verdad muchas gracias.
Gaby
Muchas gracias por compartir tu experiencia