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Lo de esperar es algo que llevo mal en cualquiera de sus variantes.

Voy a poner algunos ejemplos para intentar explicarme: 

HACER COLA 
Sí, lo sé, no hay nadie (que yo conozca) que disfrute esperando en una cola; ya sea en el supermercado, en la carretera o en una sala de espera. 
En mi caso, no es por el hecho de sentir que esté perdiendo el tiempo.
Cuando estoy esperando en la cola, me siento como una olla express que va sumando presión según voy recibiendo estímulos como, por ejemplo:
– Gente que no respeta mi espacio (antes de la pandemia también). 
– Los que intentan colarse y los que lo logran. 
– Ruidos, voces y olores. 
– Personas que van muy lentas (por egoísmo, no por necesidad)..

El tema de las salas de espera irá con un post aparte, junto con “ir al médico”, porque es un temazo que da para un rato.

CUANDO ESPERO ALGO POSITIVO
No puedo hacer nada más que esperar a que llegue ese algo; ya sea un objeto, una persona o un evento. Y cuando digo que no puedo hacer nada más, lo digo en el sentido más literal. Mi cabeza se hiperfocaliza en eso y no hay manera humana, ni extraterrestre, de hacer otra cosa. Es una impaciencia extrema mezclada con ultra emoción con repertorio de estereotipias, por supuesto; y pensamiento en bucle.
Y si se cancela… es el fin del mundo. Drama asegurado.

CUANDO ESPERO ALGO NEGATIVO
En este caso también hiperfocalizo, pero en esta ocasión lo hago planteándome los peores escenarios posibles. Y se me dispara el nivel de ansiedad, claro.
Lo único bueno es que al final se suele quedar en un “pues, no era para tanto” (que sólo me pudo decir yo a mí misma, detalle importante). Pero el agotamiento que llevo acumulado tras todo mi #futureo catastrófico, ya no tiene remedio. 

En todos los casos creo que lo que más me ayuda es la anticipación y la planificación. Ya sea para ir a los sitios durante las horas de menos afluencia para no tener que hacer colas; o anticipando qué cosas pueden ocurrir en la espera de “algo” y tener los plazos muy claros. 

En resumen, yo más que esperar, lo que hago es desesperar. 

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