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Hace unos días, en el artículo sobre el contacto físico, escribí también sobre la falta de empatía y reciprocidad que existe en las muchas maneras que hay para mostrar afecto hacia otra persona. 

Entiendo que existan unas normas sociales, porque sino esto sería un caos y ni yo misma podría soportarlo, así como costumbres y tradiciones. Pero otra cosa es que exista una única manera “correcta” o aceptada de hacer las cosas; siempre y cuando no se falte al respeto, claro.

Vivimos en una sociedad en la que parece que, si no tienes contacto físico para mostrar afecto, vas a caer mal de entrada.
No se acepta, por ejemplo, que para algunas personas dar dos besos para saludar sea algo demasiado intrusivo. O que me sienta incómoda cuando alguien invade mi espacio y necesite apartarme un poco. Y, ojo, esto no significa que esa persona me caiga mal. Simplemente necesito mi espacio.

En mi caso soy incapaz de dar besos porque sí.
Como mucho, para encajar en esta costumbre, hago el gesto de poner la mejilla. Y esto es algo por lo que también se me ha criticado, y critica todavía, mucho. Solo doy besos a mi círculo más cercano y de convivencia diaria. 
Me cansa escuchar que “es de mala educación” no hacerlo.

Creo que a menudo caigo mal o soy una “rara” por ese motivo.

Sinceramente, creo que es infinitamente mejor una mirada amable para saludar, con una sonrisa (o no); que dos besos forzados.
Pero cuando sales de la manera estándar, y en mi opinión a menudo hipócrita,  de hacer las cosas, te conviertes en una maleducada. 
Y cuando digo hipócrita me refiero, por ejemplo, a esos besos “forzados” a personas que no conocemos y que estoy segura a quien más quien menos les apetece cero.

Por otro lado, a veces me he sentido rechazada por escribir mis muestras de afecto en lugar de mostrarlas de manera “física” o con palabras. También parece molestar el hecho de que a veces me cuesta un mundo entender y verbalizar lo que siento y necesito hacerlo a mi manera (y con mis tiempos).

Eso sí, yo, la que no tengo empatía según algún mito, soy consciente de que muchas otras personas puedan necesitar que les muestre mi cariño de una manera distinta a la mía y me esforzaré en hacerlo; siempre y cuando el esfuerzo sea recíproco. 

Así que voto por validar toda muestra de cariño que, obviamente, no sea ofensiva, violenta ni irrespetuosa hacia la otra persona.

 

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