Skip to content Skip to footer

A veces no endiento ni yo misma el porqué de ese “modo Grinch” que me invade en las fiestas navideñas.Aasí que he decidido hacer una pequeña reflexión sobre la Navidad,

Si alguien me pregunta si me gusta la Navidad, la respuesta sería que no lo sé. Y si me preguntaran el porqué no lo sé, o qué es lo que siento; diría que posiblemente lo que me ocurre es que es una época en la que se me juntan demasiadas emociones que no sé entender ni gestionar.

De niña creo recordar que me gustaba por la música; la emoción y miedo de que vinieran los Reyes Magos; ver la alegría con la que lo vivía mi abuela y mi madre o mis abuelos, etc. Me gustaba ir a pasear por las calles y ver la iluminación, la decoración de las tiendas con la nieve y los renos. Montar el belén estudiarme todos los catálogos de juguetes t hacer listas (¡cómo no!) de mis favoritos….

Pero a su vez, las interacciones sociales me resultaban agotadoras. No por las personas en sí (bueno, algunas sí, no os voy a engañar) sino por la intensidad quizás. Muchas personas en pocos días, con muchas preguntas y conversaciones repetidas. Y, sobre todo, sin tener mis espacios y momentos, que no fuera escondida en el baño, para poder regularme. Vamos, intensidad a tope.

Este año me siento especialmente “Grinch”. Ni siquiera he decorada lo mínimo mi casa. Pero es que ha sido un año duro, con muchas pérdidas seguidas y cercanas. Con experiencias duras, diría que traumáticas, que creo que no puedo afrontar estas Navidades de otra manera que no sea evitándolas. O, por lo menos, bloqueando mis emociones para intentar “no sentir”.

Eso sí, confieso que me emociona mucho que en unos días llegue el año 2023, en el que tengo puestas muchas expectativas (¡ay!).

Deja un comentario

Go to Top