Skip to content Skip to footer

No hace falta ir más allá de una misma para encontrar cosas que me regulan de manera innata, como puede ser mi voz.
Aunque en muchas ocasiones yo misma me lo haya limitado, incluso prohibido para cumplir con ese estándar social en el que están mal vistas ciertas estereotipias

Mi propia voz me regula. A parte del tic que me suele salir con la ansiedad, que yo creo que es más bien como una tos. 
Me refiero, por ejemplo, a ese “wiiiii” agudo que me sale cuando estoy muy contenta. O ese “mmmmm mmmm” con tonos graves para compensar otros ruidos que me cuesta tolerar. 

Así como un “wiiiii” es como una vía de escape para sacar la euforia desatada de un momento concreto, los tonos más graves los siento de otra manera. Es como si me ayudaran a que todo el desorden que tengo en mi cabeza se ordenara. Y así lo voy visualizando.
Y no creo que esté diciendo nada del otro mundo, ya que, si no me equivoco, en una meditación puede darse este “mmmmm”, ¿no? 

Por otro lado, cuando estoy en un momento de mucha ansiedad, suelo canturrear con los oídos tapados. Y, si estoy sola. le añado un balanceo con los ojos cerrados.
Suele ser una combinación ganadora en estado de mucha ansiedad.
Si a alguien le intriga, canturreo cosas sin sentido (ninguna canción en concreto), ya que lo que busco en ese momento es un tono de voz, una vibración concreta que me tranquilice.

Por otro lado, hay días que estoy impaciente para que llegue algo que me hace mucha ilusión y puedo estar el día entero tarareando una misma canción.   

Y aquí un poco más de mi yo más invisible y la autorregulación con mi voz.

 

Deja un comentario

Go to Top