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Estoy segura de que escribir es mi mejor apoyo visual y emocional.
Y no sólo para comunicarme, sino también  para entender lo que ocurre a mi alrededor y entenderme a mí misma. 

Siempre he preferido comunicarme escribiendo en lugar de hablando. Seguramente porque al escribir puedo tener mis tiempos, dar mil vueltas al tema que sea, analizar, rectificar, reflexionar… y, no nos engañemos, alimentar un poco mejor mi autoexigencia.
Y al hablar todo es tan inmediato que mi impulsividad puede hacer que suelte cosas de las que luego me pueda arrepentir y, en general, necesito mis tiempos para pensar las cosas bien. 

A continuación pongo algunos ejemplos de por qué creo que escribir es mi mejor apoyo visual y emocional: : 

EMOCIONES
En muchos momentos de mi vida, por no decir cada día, he necesitado un papel y boli (azul) para descifrar lo que me estaba pasando, ponerle palabras e intentar ordenarlo.
De la misma manera, he necesitado, y necesito, comunicar por escrito lo que siento. Y, sin duda, se me da mejor mostrar mi cariño por escrito que hablando. 

PLANIFICACIÓN
He probado mil maneras de organizarme y al final, la que mejor me funciona, es la agenda semanal de toda la vida y hacer mis listas de tareas pendientes en papel (además, tachar es de lo más regulador, oye).
En la agenda puedo escribir, poner y quitar colores, flechas, post-its, etc. 

DECISIONES
Tomar decisiones es una de las cosas que más me cuestan. A no ser que lo haga de manera impulsiva con el consiguiente bucle de dudas sobre la decisión tomada.
Algo que me ayuda para la toma de decisiones es escribir mis dudas, los pros y contras, riesgos, beneficios, etc. Sí, a veces parece que esté planeando un viaje a Marte para tomar una decisión aparentemente sencilla. 

Escribir y compartir con tantas personas me está haciendo muy feliz. ¡Gracias!

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