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Hace 2 meses ya que tuvo lugar el 2 de abril que nunca olvidaré .Pero hasta hoy no he sido capaz de parar y asimilar todo lo que ocurrió.

Organizar eventos es uno de mis súper intereses, pero suelo frenarme porque sé el desgaste que conlleva. Además, me gusta organizarlos pero me cuesta estar al frente el día del evento. Soy, o era, más de estar en el “backstage”. 

Tenía la idea de montar un evento sobre autismo en primera persona rondando por la cabeza y apareció Crisrina Vila, de Cambia el Cuento. Tras hablar un par de veces, salió el tema y nos pusimos manos a la obra. 

Fue un evento en el que se habló de autismo en primera persona junto con personas maravillosas que nos acompañan en este camino. 

No quiero hablar sobre el evento en si, sino sobre lo que supuso para mí. 

Hará dos años, lo primero que hubiera hecho sería castigarme por todo lo que no salió según lo previsto y hubiera remarcado lo mal que hablé al presentar el evento. Una vez más, me habría maltratado. Me hubiera machacado por todas las cosas que se me pasó decir y el porqué no bebí agua si tenía la boca tan seca.
Pero, ¿sabéis una cosa? Lo que pensé fue “lo he conseguido, he hablado delante de mucha gente, en un atril y con un micro. No lo he hecho perfecto, pero lo he hecho (y punto)”. 

Comparto el vídeo, así a lo kamikaze 😉  Madre mía, qué sequedad, casi no podía hablar.


Tampoco os voy a mentir si os digo que mi (híper)autoexigencia intentó asomar la patita, al finalizar el evento, para poner en marcha el sentimiento de frustración, pero se quedó en un intento (¡y menos mal!). 

En esta otra intervención ya no tenía la boca tan seca 😉  Tampoco fue perfecta, obvio. Pero la puedo ver una y potra vez y sentirme bien por haberlo logrado.

Hoy me apetece escribir sobre qué significó desvirtualizar a tantas personas. Al encontrarme cara a cara con las personas que, en poco tiempo y sin darme cuenta, han ido ocupando un sitio muy importante en mi vida. 

Tantas personas, y tan diferentes todas, con quienes te sientes en casa. Te sientes tan bien y con un sentido de pertenencia tan fuerte, que te sientes más libre que nunca. 

¡Qué afortunada me siento de que la vida haya cruzado nuestros caminos! 

¡Hubo tantos momentos en los que no era capaz de exteriorizar lo que estaba sintiendo! ¡Era algo inmenso! Lo maravilloso es que no tenía que demostrar nada a nadie. Podía estar sintiendo de manera intensa por dentro y nadie iba a decirme “parece que te dé todo igual”. 

Cada vez que pienso en todas las personas que vinisteis de manera presencial, u os conectasteis, me vienen ganas de llorar. Muchas ganas de llorar. Pero de llorar bonito. 

Jamás me había hecho tanta ilusión desvirtualizar a personas con quienes nos comunicamos a través de redes sociales. Ojalá os hubiera podido dar las gracias personalmente a cada persona allí presentes. Pero, mi cabecita va como va y hasta hoy no he sido capaz de ponerme a escribir “algo”. Pido perdón por ello, 2 meses es un poco demasiado. 

Creo que los que estabais allí sois conscientes de lo que suponía, para la mayoría de nosotros, tener que hablar en público, socializar, ir a un sitio desconocido y un largo etcétera. Pero lo hicimos y ¡estoy tan orgullosa de todos nosotros! No sé si está bien que eso lo diga yo misma, pero es que lo estoy y mucho. 

Os doy las gracias a todas las personas que asististeis de manera presencial o en línea. Sin el apoyo que recibimos a diario, todo este movimiento no sería posible. 

Gracias a mis queridas NeuroDivinas y NeuroDivinos, oye, que también los tenemos muy NeuroDivinos, por existir.. Sois mi ejemplo a seguir. Os admiro hasta el infinito y estoy eternamente agradecida de haberos conocido y que forméis parte de mi vida. Sois mi nueva zona de confort, mi espacio seguro.

Y, para finalizar, quiero dar las gracias a Cristina. Ya que el mismo día del evento no pude hacerlo. ¿Por qué? Porque no podía dejar de llorar en el momento en que lo había previsto.
Gracias Cristina por tomar el mando del micro cuando empecé a entrar en “bloqueo”.
Gracias por tener la fuerza para darme el empujoncito y organizar algo tan increíble juntas. 
Gracias por darme seguridad en mis momentos de dudas e, incluso, a suavizar la mi rigidez si alguna cosa no salía como lo habíamos planeado.  

A continuación dejo algunos momentos vividos durante el evento. 

Cristina Santiago y la prosopagnosia

Lourdes Huesca y las mamás surferas

Federació Catalana d’Autisme – Marta Robles

Alicia y Mireia.

Y hasta aquí, algo sobre el 2 de abril que nunca olvidaré.

En comentarios podéis dejar vuestra valoración del evento 🙂

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