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Este fin de semana me ha tocado recuperarme del apagón (shutdown) tras implementar nuevas rutinas en mi vida diaria. 

Septiembre puede ser un mes complicado para gran parte de la población, porque se termina el periodo vacacional de verano y nos toca volver a nuestras rutinas. 
Para mí suele ser complicado, pero este curso se da la peculiaridad que no vuelvo a mis rutinas sino que he tenido que incorporar nuevas rutinas tanto en lo laboral como familiar. Incluyendo un cambio importante que llevaba años temiendo y “futureando” en bucle. 

¿Cómo gestiono estas épocas?
Pues intento regularme continuamente para poder seguir con mi día a día y me pongo una fecha objetivo en la que sé que podré estar sola y me podré permitir “dejarme apagar del todo y recargar baterías”.
No siempre lo logro, claro. Porque no puedo elegir cuándo tengo energía y cuándo no, pero es verdad que he aprendido a funcionar por inercia en algunos momentos y cada vez me conozco mejor y me puedo ir regulando mejor.

Este fin de semana
Esta semana ha sido la primera con todas las nuevas rutinas en marcha, encima todas de golpe, y ha sido agotadora. Por este motivo ya tenía previsto pasar el fin de semana sola. Y esto estoy haciendo hoy, domingo, sola en casa y desde el viernes por la noche en silencio (sin hablar). 

A continuación describo paso a paso mi fin de semana: 

Viernes
Estaba más bien eufórica por haber conseguido superar esa semana que tanto temía y haber empezado mis clases de piano que tanto me gustan. Estaba aparentemente “bien” pero desde mi perspectiva algo pasada de vueltas y con shutdown a la vista.
¡Ojo! Esto no significa autosugestión, ya que a veces lo tengo previsto y no ocurre. Pero esta vez sí que ha ocurrido.

Sábado
Tras una noche inquieta y despertarme pronto, mi estado era el siguiente:
– Dolor de cabeza
– Físicamente agotada
– Sin apetito
– Ni triste ni contenta.
– Apretando los dientes y mandíbula en tensión.
– Cero memoria y muy despistada.
– Con la TV de fondo, o música, para no escuchar ruidos del exterior.
Estuve todo el día sola, tumbada en el sofá y sin verbalizar ni una palabra. 

Domingo
Mi estado actual:
– He dormido mejor
– Sigo agotada pero no tantísimo.
– Sin ganas de hablar pero sí de tararear algunas canciones.
– Tengo lagunas del día anterior.
– Aprieto un poco menos los dientes.
– Siento que va volviendo la energía y me estoy recuperando.
– Sé que a lo largo del día ya estaré bien. O, por lo menos, mucho mejor. 

Y hasta aquí llega el intento de crónica de mi fin de semana de apagón.

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