¿En qué se diferencia tu manera de ver, sentir y percibir el mundo de la mía?
Es una pregunta que curiosamente me han hecho bastantes veces y…
Ni idea, nunca he sido como tú.
Las primeras veces que me preguntaban esto, me sentía culpable por no saber dar una respuesta. Pero, en realidad, ahora sé que era imposible que supiera la respuesta porque nunca he sido como la mayoría de las personas que conforman lo que se llama “ser normal”; ni me he estudiado meticulosamente mi manera de ver, sentir y percibir el mundo; ni mucho menos la “normal”. He vivido varias décadas imitando a las personas consideradas “normales” sin saber ni entender nada.
Ahora quizás podría dar una respuesta (muy) aproximada.
Porque explicando cómo veo, siento y percibo el mundo desde mi experiencia y mi vida diaria, otras personas podrán encontrar similitudes y diferencias con la suya.
Y también es cierto que al empezar a SER (o a intentarlo), me ha hecho más consciente de todo lo que ocurre en mí y en mi entorno.
Para mí, la normalidad es mi manera de ser. Y punto 😉