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Las celebraciones familiares pueden ser una bomba a nivel de interacciones, ya que pueden aparecer personas a las que no suelo ver nunca y lo más probable es que el número de asistentes esté por encima de mi “máximo” de 5 o 6 personas.

Aquí van algunas cosas, hay muchas más, que pueden hacerme sentir mejor en algunas celebraciones:

  • Si te pregunto  qué personas asistirán o qué comeremos, no me des respuestas poco concretas. Necesito auto anticiparme cada detalle.
  • No me obligues a “partir y repartir” algún plato en la mesa. No es un tema de “princesismo” (#palabrO), sino que para mí es un momento que implica una gran interacción social y una agilidad que no tengo. No hay mantel que sobreviva limpio a mi torpeza.
  • Respeta “mis cosas”, mi manera de ser, y no me ridiculices. Por ejemplo, al taparme los oídos cuando alguien abre una botella de cava (champagne).
  • Cuando hay mucho ruido, muchas voces, puedo sentirme sobrepasada. Concédeme espacios para evadirme y regularme.
  • Si me quiero ir antes de finalizar la sobremesa, no me presiones para que me quede. Ni me reproches la corta duración de mi estancia. 
  • Si cancelo a última hora, no te enfades. Sé que es importante para ti que yo esté, así que si cancelo es porque estoy realmente mal y no puedo hacer el esfuerzo.

Ah, y que sepáis que si es un cumpleaños o son fechas navideñas, en el momento de cantar, hago playback.

¡Gracias!

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